El gran Danés
El gran danés es un gigante apacible que fue criado originalmente para cazar jabalíes, pero hoy no sería muy hábil en ello. Con el paso del tiempo, este enorme animal de aspecto feroz perdió su ferocidad, necesaria para perseguir a animales de caza mayor como el ciervo o el javalí, para hacerse amigo de las personas que conviven con ellos.
Aun así, su tamaño y su potente ladrido asustarán a un ladrón. Cualquiera que tenga un perro de este tipo acaba comprendiendo que, aunque tú estés acostumbrado a su increíble tamaño, los demás suelen necesitar un poco de tiempo para conseguirlo.
El gran danés se desarrolló a partir de perros de tipo mastín, pero son más refinados que otros descendientes de esta antigua raza. Un gran danés es estilizado y elegante. Tienen un cuerpo atlético y musculoso. Su cabeza es larga y estrecha. Tienen un cuello largo y elegante. Algunos propietarios les recortan las orejas, pero es mejor dejarlas al natural. Las orejas recortadas son habituales en EE.UU., pero en otros países está prohibido hacerlo.
Su tamaño puede plantear problemas. Mirar a un perro que pesa tanto como tú pone nerviosos a algunos. Su cola puede derribar muchas cosas, sobre todo en un espacio reducido. Y si se les da la oportunidad, son unos impresionantes contrabandistas. Por suerte, no son alborotadores ni muy enérgicos.
A pesar de su tamaño, el gran danés es un compañero dulce y cariñoso. Les encanta jugar y son amables con los niños. Tienen un carácter pacífico, aunque no han perdido nada de la valentía que les ayudaba a cazar jabalíes. Aunque no son especialmente ruidosos, no dudarán en defender a su familia.
Incluso teniendo en cuenta su inherente dulzura, es aconsejable enseñarles buenos modales y asistir a clases de entrenamiento de obediencia cuando son jóvenes. Sólo su tamaño puede hacer que sean imposibles de controlar cuando son adultos, y -como con cualquier perro- nunca se sabe cuándo es posible que vean algo que quieran perseguir.
Están deseosos de agradar y están muy orientados a las personas, exigiendo mucha atención de quienes les rodean. Suelen empujar a la gente con esa gran cabeza suya cuando quieren que les acaricien. A veces te encontrarás con alguno con tendencias de perrito faldero que no ve ninguna razon por la que no saltar al sofá y sentarse encima tuyo.
Sorprendentemente, el gran danés no suele comer tanta comida como parece. Y aunque necesitan hacer ejercicio a diario, no necesitan un patio enorme para jugar, aunque seguro que les gustaría tener uno.
Debido a su belleza y a su carácter apacible, cada vez más personas están descubriendo al gran danés. Sólo hay que tener en cuenta que, debido a su tamaño, tienen una vida relativamente corta, de unos ocho años. Eso significa que lamentablemente ocuparán un gran espacio en tu corazón durante un tiempo relativamente corto.
Aspectos destacados
El Gran Danés es dulce, tiene ganas de gustar, orientado a las personas, es fácil de educar y responde bien al adiestramiento con refuerzo positivo. Como muchos perros gigantes, el Gran Danés tiene una vida corta. El Gran Danés necesita mucho espacio. Aunque son excelentes perros domésticos, necesitan mucho espacio para moverse. Hay pocas cosas que no puedan alcanzar -las encimeras de la cocina y las mesas de la cena no le suponen ningún problema- y su cola puede barrer fácilmente la mesita del salón. Todo cuesta más cuando tienes un perro grande: los collares, la atención veterinaria, el antiparasitario y la comida. Además, necesitarás una jaula y un vehículo lo suficientemente grandes como para llevar a tu gran danés sin que se quede aplastado. Y admitámoslo, recogerás grandes cantidades de caca. Los huesos y las articulaciones de los perros grandes, como el Gran Danés, tardan un tiempo en dejar de crecer y estabilizarse. No permitas que tu cachorro de gran danés salte y no lo lleves a correr hasta que tenga al menos 18 meses; esto reducirá la tensión en los huesos y articulaciones durante su crecimiento. Hay que seguir los requisitos dietéticos especiales de los daneses de raza gigante, pues de lo contrario pueden surgir problemas ortopédicos. Los gran daneses no son especialmente adecuados para apartamentos o casas pequeñas, simplemente porque son muy grandes. Afortunadamente, no suelen saltar, por lo que una valla de dos metros debería contenerlos. Nunca compres un cachorro a un criador irresponsable, a una fábrica de cachorros o a una tienda de animales. Busca refugios y rescates locales si decides que ésta es tu raza.
Historia
Se han encontrado dibujos de perros parecidos al Gran Danés en utensilios egipcios que se remontan al año 3000 a.C. y en templos babilónicos construidos alrededor del año 2000 a.C. Hay pruebas de que se originaron perros similares en el Tíbet, con informes escritos sobre este tipo de perros que aparecen en la literatura china en el año 1121 a.C.
Se cree que la raza fue llevada a varias partes del mundo por los asirios, que comerciaron con sus perros con los griegos y los romanos. Los griegos y los romanos cruzaron estos perros con otras razas. Los antepasados del Mastín Inglés probablemente participaron en el desarrollo de la raza, y algunos creen que el Lobero Irlandés o el Galgo Irlandés también pueden haber desempeñado un papel.
Los Gran Daneses se llamaban originalmente Sabuesos del Jabalí, porque fueron criados para cazar jabalíes. Se les cortaban las orejas para evitar que los colmillos de los jabalíes las desgarraran. En el siglo XVI, el nombre de la raza se cambió por el de "Dogos ingleses".
Sin embargo, a finales del siglo XVII, muchos nobles alemanes empezaron a criar en sus casas a los perros más grandes y bonitos, llamándolos Kammerhunde (perros de salón). Los mimaban y llevaban collares dorados forrados de terciopelo.
El nombre de Gran Danés surgió en el año 1700, cuando un naturalista francés viajó a Dinamarca y vio una versión del Sabueso del Jabalí más delgada y con un aspecto más parecido al de un Galgo. Llamó a este perro Grand Danois, que acabó convirtiéndose en Gran Perro Danés, y a los ejemplares más corpulentos de la raza los llamó Mastines Daneses. El nombre se mantuvo, a pesar de que Dinamarca no había desarrollado la raza.
La mayoría de los historiadores de la raza atribuyen a los criadores alemanes el mérito de haber perfeccionado la raza hasta convertirla en el perro equilibrado y elegante que nos gusta hoy.